lunes, 29 de agosto de 2011

sobre la paz perpetua

Para Kant, como quiera que las inclinaciones naturales son, según él, de algún modo perversas, y que el ser humano sólo es dado a amarse a sí mismo espontáneamente, la moral kantiana nunca propondrá como finalidad la persecución de la felicidad propia, y si acaso propone la búsqueda de la ajena y sólo en tanto ello suponga violencia para nuestras naturales inclinaciones. Entonces no sé si a esto se le puede llamar capitalismo. Así para Kant la omisión de los deberes de amor es simplemente falta de virtud (peccatium), pero la omisión del deber que surge del respeto debido a cada hombre en general es vicio. Pero a esta ética de los deberes después vendrá a sustituirle una ética de las virtudes, porque realmente ella es una mala propaganda de la versión de felicidad y de confianza en el hombre. Es decir, se vuelve a Aristóteles. Y también después de Kant lo que se produce es una nueva corriente llamada del “intuicionismo” en ética. Sólo podemos conocer los valores por intuición. Porque ciertamente esta es la parte más débil de Kant, su forma de tratar a los sentimientos naturales, y por eso se percata y construye unas formas y una leyes universales, aunque éstas también dependen del deseo humano, claro. Lo que Kant puso en tela de juicio fue que las cosas por el hecho de tener una explicación natural tengan que ser así y no puedan ser de otro modo, y esto es loable. Y además aquí conectaría con el intuicionismo de Moore que también denuncia el naturalismo como lo había hecho Hume. Aunque Moore es intuicionista es decir no admite que lo bueno pueda ser descubierto o demostrado segun reglas científicas o probado sino que es una verdad “autoevidente” o intuitiva. Pero una ética kantiana que tiene el convencimiento de que el mundo debe ser creado por la moral, para un mundo mejor, esta será una idea que será luego retomada en el siglo XX por Habermas y Rawls. En definitiva, cuando nos adentramos en estas otras éticas se cae, por un lado, en un relativismo escéptico en ética, no podemos demostrar lo que es bueno o malo salvo por intuiciones o autoevidencias. Y en buena lógica, también se cae en un dogmatismo o en una verdad dogmática al quererla imponer sin tener más que una pura intuición de ella. De modo que desde una pura arbitrariedad también podemos negar la libertad e imponer la tiranía, lo mismo pasa con el capitalismo o ha pasado, que se ha convertido en una tiranía. Yo creo que debemos empezar hablando desde los conceptos más simples o llanos. Porque este capitalismo ya no sirve, no es ético sino corrupto. Y la culpa tal vez está en que no hemos leído bien a Kant ni a Hume. Y que el intuicionismo y el positivismo analítico fueron los que se impusieron, lástima.


Sobre La Paz perpetua de Kant, extraigo un texto de Javier Muguerza por su interés filosófico: “En el célebre texto Hacia la paz perpetua de Kant de 1795 cuyo título ya nos pone sobre aviso de que la Paz perpetua, como la Justicia plena, no es para Kant sino una utopía algo hacia lo que tendemos y hemos de perseguir incesantemente pero a sabiendas de que nunca lo alcanzaremos en este mundo. Y digo en este mundo porque el título se lo sugirió a Kant, como es sabido, el letrero que figuraba en la fachada de una posada holandesa: el letrero decía “La paz perpetua”, pero lo interesante era el grabado que ilustraba dicho rótulo, a saber, ¡el dibujo del cementerio! Para que la paz perpetua hubiera de ser posible en este mundo y no en esa otra vida de los camposantos, se requeriría según Kant una ciudadanía mundial, en que la humanidad se organizase exclusivamente en función de los dictados de la conciencia de los ciudadanos, es decir, a base de preceptos puramente morales y sin que para nada mediase ni la coacción de las leyes jurídicas ni la coerción del poder político, dándose así lugar a una auténtica cosmópolis o sociedad sin Estado a escala universal, como la que ha sido siempre el sueño de los visionarios ácratas”.

Pero Kant -a diferencia de Hegel- “era bastante más realista que todo eso, se contentaba con el sueño también bastante más modesto de la vigencia planetaria del Derecho Internacional en un mundo constituido como una confederación de pueblos libres y organizado a la manera de una Sociedad o Liga de Naciones (o como hoy se diría, una organización horizontal del mundo que respetase la diversidad de culturas y civilizaciones que la habitan), en lugar de un Superestado o Estado mundial, esto es, un Imperio que imponiendo a dicho mundo una Administración centralizada y unidireccionalmente vertical- acabaría aurrinando toda posibilidad de cosmopolitismo y dejando inermes a los individuos ante las impersonales instancias transnacionales encargadas de su gobierno.”

En la globalización de la economía un importante argumento es que la producción de bienes y servicios suele darse en un marco de rendimientos crecientes (economías de escala): cuanto mayor sea el mercado y más unidades produzca, más baratos serán los bienes y servicios que consumimos, lo que representa un enorme potencial de mejora para el bienestar de todos. Construir una fábrica que produce una medicina vital cuesta ciento de millones de dólares; cuanto mayor sea el volumen de ventas entre las que se puede distribuir ese concepto fijo, más barato será el tratamiento de cada paciente con el medicamento en cuestión. Otra razón poderosa en favor del libre comercio es la innovación y el cambio tecnológico, producto del continuo desarrollo de nuevos conocimientos tecnológicos se puede distribuir entre un número mayor de consumidores y, además del abaratamiento, podrán llegar antes a cada ciudadano individual en todas partes. Las nuevas oportunidades de salarios más altos y/o bienes y servicios más baratos, explican la espectacular riqueza de algunos países.

Una de las objeciones que se hacen a la globalización es la desigualdad entre niveles de pobreza y riqueza, el problema de esta integración rápida entre países pobres y ricos es que si se hace con la velocidad adecuada, y sobre todo permitiendo que el libre comercio llegue a los países más pobres dándoles antes la oportunidad de un previa industrialización en algun bien, entonces sí sería muy positivo para todos, pero la cuestión estriba en el ritmo cómo se debe de hacer y no de golpe.

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