lunes, 24 de enero de 2011

la escisión entre el mundo de los hechos y el mundo de los valores, el efecto crowding out

Esto del efecto "crowding out" como lo de la subida del IVA y lo de la estabilidad presupuestaria es decir, conseguir adaptar el déficit público, todo al mismo tiempo tiene que ser como romper el círculo. Como diría Virginia Woolf: "The circle breaks." El círculo se ha destruído, seremos lanzados por la mitad.

"El término se basa en el modelo de equilibrio IS-LM en el que se produce conjuntamente el equilibrio en el mercado de bienes, inversión Investment igual a ahorro Savings, y en los mercados financieros, pasivos Liabilities igual a dinero Money, una política fiscal expansiva provoca una mayor demanda de fondos prestables y presiona al alza sobre los tipos de interés." "La economía sigue siendo una ciencia"(Jose Carlos Díez). Algunos economistas que dicen que en economía es muy difícil alcanzar tres objetivos a la vez (tipos de interés, deficit y desempleo). Y yo no veo que se ponga aquí ninguna prioridad, ni ningún orden, casi siempre yo estoy perdida, lamentablemente. Que diría Virginia Woolf: " Ahora los flujos corren, y nos precipitamos más rápido que antes. Ahora la pasión que estuvo al acecho allí crece... La voz de la acción habla. Sus ojos se queman como los ojos de cepilladura de animales por hojas sobre el olor de la presa. El círculo es destruido. Somos lanzados por la mitad."

Ahora parece que todo quiere vestirse o revestirse de científico o de ciencia. El neopositivismo fue el que nos hizo este favor o también llamado "empirismo lógico" que aspiraba así a hacer justicia tanto a la lógica como a las ciencias empíricas, superando la vieja contraposición entre racionalismo y empirismo que durante unos cuantos siglos había dividido a la teoría moderna de la ciencia. Porque pretendéis que os movéis sólo en el terreno de las leyes científicas, así sólo podéis formular juicios de verdad/falsedad. Se tiene la creencia de que fuera del terreno de lo científico sólo nos movemos entre la persuasión y el convencimiento -en el mejor de los casos- y en el peor, entre un puro intuicionismo en ética y un emotivismo, que se mueve por corrientes de ideas de acuerdo con la fuerza de ciertas personas más influyentes. Por lo que el relativismo ético es un hecho, cuanto si no la pura arbitrariedad, lo que puede redundar en una negación de la libertad o en un dogmatismo cuando queremos imponer como verdad dogmática algo de lo que sólo tenemos una intuición. La escisión entre un mundo de los hechos y un mundo de valores es una cuestión que se abre con un naturalista como Hume e incluso que está presente en un intuicionista como Moore, pero es sobre todo Kant quien formula más claramente esta concepción, pues lo que él viene a poner en tela de juicio es que las cosas por el hecho de tener una explicación natural tengan que ser así y no puedan ser de otro modo. Y desde la ética discursiva o de la racionalidad se estableció en unos nuevos parámetros de una lógica “pragmática”, no sólo sintáctica o semántica, sino desde la acción y desde el consenso: moral es actuar de acuerdo con una máxima que cada uno pueda querer sin contradicción alguna como ley universal, a lo que se añade también, y según una máxima que todos “de común acuerdo” puedan querer como universal.

Yo creo que esta es la "voz de la acción" de la que habla Virginia, y esta es la verdadera ciencia pragmática que coincide con un racionalismo empírico, de lo contrario, la misma ciencia se puede convertir en otro sucedáneo de dogmatismo, pues ya es muy sospechoso que todos quieran sumarse a la voz de la ciencia.

En Kant incluso en Marx hay todavía una concepción de la filosofía como un sistema de leyes científico-sociales deterministas, hay un determinismo científico-social, y esto es una base para una aportación fundamental a la teoría social de ese tiempo, por cuanto la causalidad de esas leyes regulaba la libertad humana, pero aquí se cometió un error metodológico al querer convertir esa libertad en causalidad social -alienación-, o en algo peor, a lo que nos está llevando hoy día la ciencia, en ingeniería social. Marx no tuvo en cuenta que la creciente interdependencia entre investigación científica y tecnología acabaría convirtiendo a la ciencia en la fuerza productiva predominante, como tampoco le dio tiempo a prever que la intervención creciente del Estado para paliar las disfunciones de la sociedad de mercado acabaría modificando de manera no menos importante el cuadro de las relaciones sociales vigentes de producción. No quiero ser redundante en mi argumento, ni contraria a la argumentación científica, pero sí se está dejando de profundizar en ello hablando de métodos o de metodología científica, cuando no tenemos una conciencia de lo que se está poniendo en juego. Lo que compromete nuestra libertad individual, por descontado, no garantiza que no continúe habiendo alienación, como tampoco garantiza que no continúe habiendo causalidad social y sigue siendo apremiante hoy día. Desde que el estructuralismo sea el producto irreflexivo de un proceso histórico y no es hacer demagogia, aunque pueda servir para analizar y describir la realidad. Así como los movimientos totalitarios que fueron un día llamados “ortodoxias sin doctrina”, las concreciones políticas de la ideología del poder por el poder merecerían más bien llamarse “maquinarias ideológicas desideologizadas”; es muy importante que nos demos cuenta como se trata efectivamente de "desideologizar" para poder imponerse sin doctrina. El estructuturalismo presumía de ser una filosofía social sin sujeto.

Y existen novelas como 1984 o la de Huxley, tanto el “Estado Unido” de Zamiatin cuanto el del “Mundo Nuevo” de Huxley persiguen fines no innobles -como la felicidad de sus súbditos, aun si ésta linda allí con la despersonalización y la imbecilidad de los mismos-, desvirtuados por el uso de medios deplorables, como un poder capaz de cercenar todo asomo de libertad. Yo no creo que podamos llegar a ese nivel de despersonalización, pero estamos tocando un nivel que permite aclamar y no nos ayuda nada tampoco este nuevo estructuralismo que nos acecha. La verdadera alternativa a que se enfrenta el hombre contemporáneo no es la del goce de las múltiples delicias del “bazar psicodélico” -en lugar de la rígida observancia de la moral puritana del trabajo; sino es saber dónde y cuándo va a jugar -homo ludens- y a ejercer el derecho -homo loquens- de entrar en los mercados financieros y estar de tú a tú con un financiero.

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