lunes, 24 de enero de 2011

la montaña mágica y si lo que quieren es el terror

Si lo que quieren es terror, es lo que van a tener, como en La montaña mágica de Thomas Mann, eso es lo que están pidiendo, porque por lo visto EEUU y Reino Unido son también economías deficitarias, lo que pasa es que han monetizado la deuda con el yuan y otras cosas que ellos tienen para saber esconder la deuda. Pues son deficitarias como consumidores y no como productores. Lo cierto es que en el neoliberalismo no de Thacher sino el de Reagan lo que hizo EEUU para contrapesar esa política neoliberal fue crear un gran sector profesional y social del ejército y de la fuerza, y ahí es donde compensó para crear empleo social.

Y ahora pues se me ocurriría esto: primero hay que crear empleo , es una necesidad apremiante, y la única manera de crearlo sería creándolo por parte del sector público, pero como no somos fuertes en las tecnologías, que necesitan potentes economías de escala, tendremos que ser fuertes creando terror, como hizo EEUU en su día de politica neoliberal y social.

Así que démosle al mundo fuerza y terror, para combatirlos, aunque en realidad esto no sea crear riqueza, más bien sea crear destrucción, pero es lo que ellos quieren con sus iniciativas provocadoras.

Y somos una especie de mutantes vivientes, la vida es un cóctel químico adictivo mismo, se sabe que el cerebro funciona con mucha carga de adicciones; pero a todo esto lo que yo quería refutar es lo mismo, por este discurso tampoco se llega a ninguna parte, como él mismo reconoce, no porque otro chute más no nos cure, no nos tiene que curar de nada, porque la esencia del hombre mismo es ser un cóctel adictivo de cosas, lo que habría que hacer es cambiar esa dependencia por otra mejor para nuestra salud y equilibrio.

Hay como un miedo terrorífico a caer en un limbo. O bien una pasión por un dogma. Tenemos que tener un miedo terrorífico a que las bolsas caigan; pero el año pasado estaban todavía más bajas que ahora.

Ayer Krugman decía que era una locura lo de los recortes en el déficit no porque fuesen a causar algún efecto a largo plazo sino porque se pensaba que era la bolsa o el mercado quien lo exigía. Realmente el mercado ¿puede exigir tanto?, cuando todos los días vemos y ayer y hoy, se decía que ya había respuesta del mercado, y lo único que yo he visto han sido subidas pero con caídas o bajadas pero con repuntes, es decir, W, o M eso es lo que hace, para desconcertar.

Esto me recuerda la novela de Thomas Mann, “La montaña mágica”, donde se pensaba que la burguesía liberal ya no tenía nada que hacer, y si uno se tenía que ir a buscar el bien absoluto sólo lo conseguía a través de un terror a la muerte, o de una idea o creencia fanática todavía peor. Algo de eso está pasando, creo yo. Así escribe Thomas Mann: “¡La moral burguesa no sabe lo que quiere!”, exclama Naphta y más adelante en un tono apocalíptico dictamina: “No son la liberación y expansión del yo lo que constituye el secreto y la exigencia de nuestro tiempo. Lo que necesita, lo que está pidiendo, lo que tendrá es… el terror”.

Y Krugman decía lo siguiente: “…proceder a recortes: no porque los mercados lo estén exigiendo, no porque eso vaya a tener algún impacto apreciable en las perspectivas fiscales a largo plazo, sino porque piensan que, aún si no deberían hacerlo, los mercados podrían llegar a exigirlo en el futuro. Una locura manifiesta que adopta la pose de la sabiduría. Increíble.”

Leo esta noticia: “la autoridad monetaria europea ralentiza las compras de bonos y drenará 40.500 millones”. Imagínense las tensiones de crédito a la economía real cuando “la banca tiene 125.000 millones de vencimientos hasta 2011″. La sequía de crédito llega por arriba (BCE) y afecta a los de abajo (PYMES).”

Por tanto, ¿qué debemos hacer? ¿Permanecer en el limbo? Pero no tenemos ningun tiempo para morar en el limbo, “No time to dwell in limbo…”, diría Virginia.

¿Por qué no se nos dice de qué estamos enfermos? Esa yo creo que sería la cuestión, pero ¿de qué estamos enfermos?

Otra cuestión es la del “contagio sistémico”, si un mercado sube se contagian los otros rápidamente, si uno baja, los otros bajan. Yo creo que el enfermo, es más bien un enfermo de contagio ¿no? Y ¿por qué no entendemos bien el mecanismo de los mercados? Yo creo que si lo entendiéramos bien, como dice Krugman, no dejaríamos que el mercado nos manipulara.

Lo que yo me pregunto por qué la deflación es el enemigo público. Porque ya pasó en Japón o porque tenemos otras referencias, pero era en otros contextos. Allí se salvaron por la exportación entonces, pero ahora no tenemos otro planeta al que exportar.

Aunque yo todo esto lo achaco a urano y a plutón, a urano la celeridad del tiempo, y a plutón las tensiones del capitalismo, este ciclo que ha durado 245 años coincide con el nacimiento de los EEUU y del capitalismo.

Yo creo que estamos cayendo en posturas dogmáticas, en la pasión por un dogma. Sobre ello se preguntaba el filósofo Cioran: “¿Qué es la Caída sino la búsqueda de una verdad y la certeza de haberla encontrado, la pasión por un dogma, el establecimiento de un dogma? De ello resulta el fanatismo tara capital que da al hombre el gusto por la eficacia, por la profecía y el terror , lepra lírica que contamina las almas, las somete, las tritura o las exalta… No escapan más que los escépticos (o los perezosos y los estetas), porque no proponen nada, porque verdaderos bienhechores de la humanidad destruyen los prejuicios y analizan el delirio.”

Sobre ello abunda este autor: “Jamás el espíritu dubitativo, aquejado del hamletismo, fue pernicioso: el principio del mal reside en la tensión de la voluntad, en la ineptitud para el quietismo, en la megalomanía prometeica de una raza que revienta de ideal, que estalla bajo sus convicciones y la cual, por haberse complacido en despreciar la duda y la pereza vicios más nobles que todas sus virtudes , se ha internado en una vía de perdición, en la historia, en esa mezcla indecente de banalidad y apocalipsis… Las certezas abundan en ella: suprimidlas y suprimiréis sobre todo sus consecuencias: reconstituiréis el paraíso. “

“Sacrifican la comodidad a la aventura, la dicha a la eficacia, y no admiten la legitimidad de ideas contradictorias, la coexistencia de posiciones antinómicas: ¿qué otra cosa quieren sino disminuir nuestras inquietudes por medio del terror y revigorizarnos triturándonos? Todos sus éxitos les vienen de su salvajismo, pues lo que cuenta en ellos no son sus sueños, sino sus impulsos. ¿Que se inclinan a una ideología? Aviva su furor, hace valer su trasfondo bárbaro y les mantiene despiertos.”

Así actúan los pueblo jóvenes, y los imberbes y fanáticos. Pero, por el contrario, los pueblo viejos, dice Cioran: “Cuando los pueblos viejos adoptan una (ideología), les embota, mientras les dispensa esa pizca de fiebre que les permite creerse vivos de algún modo: ligero empujón de lo ilusorio…”, los pueblos viejos adoptan una sabiduría para la existencia pero que les viene precisamente de esa fiebre, de ese mal, y de eso está aquejado el BCE, por ser viejo.

Por último la escritora Susanna Tamaro nos dice también lo que es este terror: ”Al final es sólo este terror, el temor de amar, lo que hace caer al hombre en su mediocridad. El amor se convierte en un puente suspendido en el vacío.” Y eso es ciertamente como permanecer en un limbo… Creo, con el jurista más conspicuo, que a Europa no le queda otra que convertirse en una Suiza, con su paraíso, o en una Italia, con su isla y su santidad, si seguimos por este camino de la contrarreacción...

No hay comentarios:

Publicar un comentario