lunes, 24 de enero de 2011

la igualdad, la experiencia de la democracia ateniense

La igualdad se entiende aquí en el doble sentido de que todos los ciudadanos tienen derecho a hablar en la asamblea del gobierno (isegoría) y todos son iguales ante la ley (isonomía). La libertad por otra parte consiste precisamente en ejercer ese doble derecho tomando parte activa en las asambleas y ejerciendo cargos públicos cuando así lo exige la ciudad. Quie así actúa demuestra que es libre porque la ciudadanía no es un medio para ser libre sino el modo de ser libre ye buen ciudadano es aquel que intenta construir una buena polis, buscando el bien común en su participación política. Un medio indispensable para ello es la educación, porque a ser ciudadano se aprende, como a casi todo lo que es importante en la vida. La educación cívica seá una cave ineludible de la ciudadanía griega y de la republicana. El ciudadano es desde esta perspectiva el que se ocupa de las cuestiones públicas y no se contenta con dedicarse a sus asuntos privados, pero ademas es quien sabe que la deliberación es el procedimiento mas adecuado para tratarlas mas que la violencia mas que la imposición mas incluso que la votación que no es sino el recurso ultimo, cuando a se ha empleado convenientemente la fuerza de la palabra.

Una tradicion se va abriendo paso desde este humus -la tradicion republicana civica- que entenderá la politica no como el momento de legitimacion de la violencia, al modo de Max Weber, sino como la superacion de la violencia por medio de la comunicación. Son las sociedades prepoliticas las que recurren a la violencia mientras que las que emprenden el camino politico optan por la deliberacion pública para resolver los asuntos comunes, precisamente porque -como apuntara Aristoteles- e hombre es ante todo un ser dotado de palabra. Lo cual significa que es capaz de relacionarse con otros hombres de convivir con ellos y tambien de discernir junto con ellos que es lo bueno y lo malo que es lo justo y lo injusto. En este punto conviene considerar las consecuencias que tiene para una tradicion occidental traducir los vocablos lógos por palabra y zoón politikón por animal social. Ciertamente si por lógos entendemos simple y llanamente razón está plenamente justificada la critica corriente según la cual Occidente optó desde sus inicios por la razon olvidando la dimension tendente humana la dimension del deseo. El cultivo de la razon habría preocupado mas al occidente en su conjunto que el de la voluntad, el desarrollo de la dimension intelectiva mas que el de la desiderativa. Y sin embargo una tal critica es desafortunada en lo que respecta a la tradicion que comentamos porque la palabra esta ligada sin duda a la razon pero tambien a la sensacion y al deseo ya que el hombre es hasta tal punto una unidad de inteligencia y deseo que solo puede caracterizarsele como inteligencia deseosa o deseo inteligente (Aristoteles). La idea de que el ciudadano es el miembro de una comunidad politica que participa activamente en ella nace en la experiencia de la democracia ateniense.

Adela Cortina, Ciudadanos del mundo, ibid, págs. 44-49

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