lunes, 24 de enero de 2011

si le echamos la culpa a la corrupción es lo peor, la práctica económica de EEUU fue una guerra prolongada contra las teorías que ella impone ahora

Pero lo peor de todo es que acabemos echándole la culpa a la “corrupción” de los políticos y mercenarios, sólo porque esto nos hace políticamente más correctos. Porque aquí sin darnos cuenta podemos crear muchos equívocos, como se está creando en verdad. Pero desde 1776 hasta el final de la segunda guerra mundial la práctica económica de Estados Unidos constituyó de hecho una guerra prolongada contra las teorías económicas que hoy día impone en el mundo subdesarrollado. Es decir, EEUU ha tomado un viraje ideológico ella misma en su política. Desde el reproche de Roosevelt a Churchill la fe en la capacidad del mercado para crear automáticamente la armonía se limita a unos pocos paréntesis históricos, rápidamente superados. Sin embargo, la idea fundamental de que sólo ciertas actividades económicas producen riqueza, es una guerra ideológica que ha tenido continuidad ininterrumpida y que está presente y donde no están solos los estadounidenses.

Antiguamente se creó hasta una especie de política eugenésica, sí es cierto, con las antiguas colonias, para explicar la pervivencia de la pobreza en las colonias por el problema racial. Un economista estadounidense de los más influyentes de la época, Irving Fisher (1867-1947), era también la persona más influyente en el movimiento eugenésico estadounidense; John Maynard Keynes (1883-1946) fue vicepresidente de la Sociedad Eugenésica Inglesa. No obstante, la corrupción no es sino aflorar otras tantas pandemias o epidemias más, además de la relación con la climatología y la geografía. Lo cierto es que si miramos al más cínico de nuestros amigos, que puede estar ahora en Latinoamérica viviendo, diría que esto es un complot estadounidense para arrebatar a Gran Bretaña su posición como potencia hegemónica global. Y de camino también plantarle cara al euro.

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