jueves, 20 de enero de 2011

el desvelamiento de la verdad, una diferencia entre Heidegger y Kuhn

De seguir más la filosofía de Heidegger del "desvelamiento" o desocultamiento de la verdad (a-lethéia) en un acontecer de tiempo, se es más dado que la teoría consensual de la verdad de Apel y Habermas, por mucho que nos gustase que ésta última existiese y se pudiera contemplar algún día si existieran esas instituciones reguladas del sistema, porque se sigue mencionando al sistema como una autocracia económica o financiera por momentos.

"La sustitución o profundización del concepto -binario- de verdad como adecuación por el concepto “originario” de Alétheia (esto es, de “apertura” del “ser ahí” o, posteriormente, de “desocultamiento” o “iluminación” del ser) por parte de Heidegger -hasta 1964 condujo, en mi opinión, en Heidegger y en Gadamer, a que la validez contrafáctica y, en esa medida, absolutamente intersubjetiva de la verdad, presupuesta por Kant, fuese reemplazada por la facticidad en sentido abierto en cada caso para nosotros en la situación histórica. Obviamente, la correspondencia de esta figura conceptual con la función del paradigma kuhniano reside en que en ambos casos se relativiza, de modo unilateral, el posible proceso de progreso del conocimiento -también del proceso de verificación y de falsación- con respecto a una condición precedente: al paradigma de Kuhn, qe sirve de norma, corresponde la iluminación de Heidegger, que se puede entender como una apertura lingüísitica del mundo que libera originariamente el horizonte de sentido para las posibles preguntas de la ciencia; y los juicios adecuados o inadecuados, como ha mostrado Gadamer, deben entenderse como respuestas a preguntas actuales o cuando menos posibles. De este modo, es natural extraer la conclusión de que los resultados de la ciencia occidental dependen en su conjunto de horizontes paradigmáticos de preguntas o de sentido que en general no podrían arirse para culturas con una apertura lingüística del mundo diferente -por ejemplo, para los Hopi de Nuevo México-. En este punto se hace patente otra vez la convergencia entre el modo de mirar hermenéutico-lingüístico de Heidegger y el analítico de los juegos de lenguaje de Wittgenestein. Una diferencia entre Heidegger, por un lado, y Kuhn o Wittgenstein, por el otro, reside en que Heidegger supone que las iluminaciones del sentido ocultadoras-desocultadoras de la historia occidental del mundo tienen que estar acuñadas en su conjunto esencialmente por el “acontecimiento”, que tuvo lugar en Grecia, de la fundación de la filosofía como metafísica. En esa medida, para Heidegger las fundaciones siguientes de los diferentes paradigmas de la ciencia no pueden ser, a este respecto, “inconmensurables”, puesto que todas ellas deben entenderse como consecuencias de la fundamentación de la metafísica. (El núcleo de esta suposición de Heidegger es la tesis de que ya en la desocultación metafísica del sentido del ser de cuño platónico -esto es, en la teoría de las ideas- está trazado el modo de desocultación de la objetivación del mundo en el sentido de la relación sujeto-objeto, y con ello también la de la “imposición” (Gestell) de la técnica científica o del a priori de la ciencia tecnificada propio de la modernidad europea). Si la comparamos con esta visión heideggeriana -que se corresponde con los esfuerzos que realizó a lo largo de toda su vida por reconstruir y destruir la metafísica occidental- comprobamos que la idea wittgensteiniana de los ilimitados juegos de lenguaje y formas de vida está, por un lado, acuñada por un modelo conceptual ahistórico -en especial en el período de transición entre el Tractatus y las Investigaciones filosóficas- y por otro lado, se ilustra más bien recurriendo a ejemplos de la etnología y a la idea de una “historia natural”. Sin embargo estas diferencias no han impedido que -como ya nos ha mostrado el anterior ejemplo de Kuhn- se haya dado una convergencia de las perspectivas de Heidegger y de Wittgenstein en el sentido de un giro relativista e historicista de la filosofía occidental en su conjunto. Con frecuencia se considera que esta caracterización es una tergiversación, una consecuencia de un pensamiento que sigue siendo él mismo metafísico, que no entiende todavía adecuadamente el nuevo punto de vista “más allá del relativismo y del objetivismo”. Al final de este trabajo quisiera salir al paso de esta interpretación."

Karl-Otto Apel, Teoría de la verdad y ética del discurso.

1 comentario:

  1. gracias por este articulo me fue de ayuda se lo agradezco me salvó un trabajo.

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