miércoles, 12 de enero de 2011

la conciencia metafísica

La ciencia occidental no puede pensarse con independencia de la metafísica en Occidente, ni en sus hipótesis sustanciales globales de explicación del mundo, ni en sus presuposiciones lógico-trascendentales (no empíricas). De esta idea puede deducirse el motivo de una crítica radical de la ciencia y de la filosofía, a saber: la sospecha de que ha sido precisamente la forma de pensamiento de la metafísica occidental -la forma de pensamiento del ocultamiento del ser en la forma de ideas (Heidegger) o conceptos referidos al logos- la que ha hecho posible el problemático saber de dominio de la ciencia moderna o, dicho de otro modo, la técnica. Se trataría ahora de mostrar que la reflexión sobre las presuposiciones de la forma reflexiva filosófica de los discursos encaminados al entendimiento (la conciencia metafísica), lejos de ser "improductiva", pone en libertad justamente aquellas normas intersubjetivamente válidas de la razón práctica y de la reconstrucción hermenéutico-crítica de la historia; y la reflexión -”hermenéutica” sobre el acontecer del sentido y de la verdad de comprender históricamente situado tampoco está en condiciones de descubrir; ni tampoco se puede comparar al ideal de objetividad de la ciencia natural basado en la suposición de un objeto de conocimiento homogéneo ya acabado y que sólo hay que investigar progresivamente. Por tanto vuelvo a lo mismo, a la conciencia autorreflexiva y metafísica.

Es como hacer virtud de la necesidad. ¿Acaso no hay que tomar en serio, por ejemplo, la alusión a la “realidad del escepticismo o de un relativismo capaz de disolver cualquier verdad"? Antes incluso que la aceptación de la autocontradicción o de la falsabilidad de la ciencia; de este modo cortamos el nudo gordiano en vez de desatarlo; de todas formas hoy todo quiere parecer científico, la ciencia es lo único que avanza, pues la política no parece querer hacerlo.

Véase para todo ello a Karl-Otto Apel, Semiótica trascendental y Filosofía primera, ed. Síntesis, 2002, Madrid, pág. 137-138.

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