viernes, 14 de enero de 2011

la suspensión del principio de bivalencia y el principio de tercio excluso

La lógica falla también por su premisa.

La suspensión del principio de bivalencia equivale a la introducción de la “indeterminación” como un tercer valor a añadir a los dos valores clásicos de la “verdad” y la “falsedad”, por el principio de "tercio excluso". Una lógica "trivalente" es la preferida por el físico que desea formalizar la relación de incertidumbre que para la mecánica cuántica se deriva de la imposibilidad de determinar simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula subatómica.

Entre la verdad absoluta y la absoluta falsedad caben no sólo uno, sino múltiples peldaños intermedios, desde enunciados “más verdaderos que falsos” hasta enunciados “más falsos que verdaderos”, lo que abre paso a la construcción de lógicas trivalentes, pentavalentes. Y si admitiéramos una infinidad de esos peldaños, nada habría que nos impidiese construir lógicas infinitamente polivalentes.

Pero suspender la vigencia del principio de tercio excluso, por aludir a una de esas premisas primeras es lo que hace, por ejemplo, el matemático intuicionista cuando rehúsa pronunciarse acerca de la naturaleza par o impar de la enésima cifra decimal de un número irracional hasta no haber ejecutado todas las operaciones necesarias para obtener aquella cifra.

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