jueves, 20 de enero de 2011

semioticismo, deconstruccionismo, crítica de la razón total y crítica postmetafísica

"Yendo al semioticismo y deconstruccionismo de Derrida, quien se ve a sí mismo como el más consecuente ejecutor del programa heideggeriano de una torsión (Verwindung) de la metafísica occidental. Derrida interpreta la pregunta conductora de Heidegger por el sentido del ser como pregunta por un significado trascendental incluso para la propia metafísica. Sin embargo, Heidegger tenía al acontecimiento de la formación de la diferencia por más originario que al sentido del ser, que sólo puede abrirse (y simultáneamente ocultarse) a raíz del acontecimiento de la formación de la diferencia. Por consiguiente, tanto en Heidegger como en Derrida, el tiempo, en tanto que potencia de la formación de la diferencia, consigue en cierto modo la victoria final frente al logos, el cual, no obstante, es capaz de enunciar esto mismo. Estamos ante una completa inversión de la idea que definió los comienzos de la metafísica occidental en Parménides y Platón. El que en virtud del logos podamos pensar el tiempo, y enunciar y comunicar lo pensado -con pretensión de validez intersubjetiva-, ya no parece ser lo asombroso; incluso no se reflexiona sobre ello en cuanto inevitable pretensión de validez.

Ahora bien, yo creo que este programa deconstruccionista representa una aporía de la crítica de la metafísica, exactamente en la misma medida que el precedente reduccionismo ontológico de la crítica naturalista-cientificista a la metafísica. Y es digno de atención el que, en ambos casos, tanto en el reduccionismo ontológico como en el último Heidegger y en Derrida, da la impresión de que el propio intento de crítica de la metafísica termina por adquirir un carácter metafísico: finalmente, el tiempo formador de la diferencia resulta ser un candidato tan sugestivo para ocupar el lugar del origen en la metafísica qua explicación del mundo en sentido prekantiano, como el mecanismo de la naturaleza, la voluntad de Schopenhauer o la voluntad de poder de Nietzsche. Pero en todos estos planteamientos falta una reflexión estricta sobre las condiciones de posibilidad de las propias pretensiones de validez.

Hoy, como ya ocurrió en Nietzsche, quien por así decirlo medió entre el reduccionismo naturalista y la crítica total a la razón del posmodernismo, se acepta con frecuencia la autocontradicción performativa de la argumentación, y aún se cultiva como medio de expresión del filosofar. Se diría que, tras el fracaso de tantas utopías racionales, en ella reside una nueva fascinación por lo subversivo para los jóvenes filósofos de nuestro tiempo. Pero, en mi opinión, precisamente el destino de Nietzsche, a quien se vuelve a invocar con entusiasmo, debería prevenirnos contra la posibilidad de aventurarse de verdad -y no sólo en el sumplemento cultural del periódico- por el camino de la autodestrucción de la razón.

En cualquier caso, llegados a este punto quisiera extraer de esta sinopsis de las aporías a que ha llevado la crítica de la metafísica en la modernidad la siguiente consecuencia: una crítica coherente de la metafísica deberá evitar desde el principio la crítica total de la razón. Sólo le estará permitido, por tanto, criticar lo que la metafísica tradicional tenía de dogmática y de acrítica porque se enunciaba sin reflexionar suficientemente sobre las condiciones de posibilidad de la propia validez. Con esto, estoy retomando el programa kantiano de una filosofía trascendental crítica, que sin duda tendrá que ser transformado mediante la radicalización de su propia idea crítica fundamental. En lo que sigue, quisiera reunir en una teoría diferenciada de los paradigmas de filosofía primera lo que hasta ahora he venido apuntando sobre una transformación poskantiana de la metafísica en el sentido de la filosofía trascendental. Con ello, se pondrá de manifiesto especialmente hasta qué punto puede ser llamado posmetafísico el paradigma de filosofía primera hoy vigente, en virtud de su superación crítica de los momentos dogmáticos contenidos en la metafísica tradicional (y en la versión kantiana de la filosofía trascendental)".

Karl-Otto Apel, Semiótica trascendental y filosofía primera.

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