miércoles, 19 de enero de 2011

crear integración funcional y social

Tenemos que por una parte la sociedad es un producto humano, el hombre y el mundo social interactúan, la sociedad es una realidad objetiva (externalización y objetivación de la realidad), y por último el hombre es un producto social (internalización), estos son los momentos dialécticos de la realidad social, si uno de estos tres momentos se omite el análisis de la realidad social será distorsionado. Las instituciones están ahí­, el lenguaje construye el edificio de la legitimación, los procesos de habituación y de institucionalización sirven para crear integración funcional o lógica, pero el hecho empí­rico queda en pie y a priori no puede suponerse.

Muchas áreas de comportamiento sólo son relevantes para ciertos tipos de colectivos, ciertas diferencias pre-sociales, como el sexo, o diferencias producidas en el curso de la interacción social como las que engendra la división del trabajo no tienen por qué integrarse en un sólo sistema coherente, los ritos de fertilidad, los cazadores que sólo pueden ellos dedicarse a pintar en las cavenas o los ancianos que tienen otros ritos sagrados, en fin.

Por eso me gustarí­a creer que somos un producto de la sociedad pero que, ante todo, la sociedad es una realidad y un producto humano, si de verdad no nos gusta cambiémosla empezando por uno mismo.

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