viernes, 14 de enero de 2011

el cosmopolita

El cosmopolita no es quien pertenece al ámbito cosmopolita, sino quien se construye como tal desde la múltiple pertenencia; cosa que en lugar de surgir del desarraigo identitario (substituido por la condición de consumidor global), parte de estas raíces para insertarse en el mundo.

Es quizá también el sentido de la conocida propuesta de Bauböck sobre ciudadanía transnacional que paradójicamente empieza como empezó por aquello que es local, por las ciudades, que pueden recuperar la residencia como condición de ciudadanía y hacer posible una ciudadanía múltiple, transnacional.

Pero con relación a los efectos sociales no es necesario profundizar demasiado para encontrar efectos negativos de esta tensión (o falsa tensión) entre cultura y civilización: clandestinización de ciertas prácticas, aparición del síndrome de resistencia y victimización del grupo frente a la mayoría, perjuicios para la auténtica víctima, que en los casos de escisión ve destruida la unidad familiar y cuestionados sus lazos con la misma familia, experimenta el rechazo del propio grupo y con el rechazo, la negación de su identidad.

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