miércoles, 19 de enero de 2011

el diálogo intrasubjetivo, la ley universal y la tendencia autometabólica

La ética discursiva o comunicativa viene siendo el caballo de batalla de la ética, y es probable que hasta quí­ hayamos llegado a uno de los temas más difí­ciles y contudentes de tratar. Pero todaví­a queda mucho por decir de la ética intrasubjetiva, tal vez algo que conecte con ésta, que sea una ética intersubjetiva que pueda ser una ética de las actitudes (es decir, no simplemente de las virtudes ni tampoco un intuicionismo ni un emotivismo en ética). Lo que se llama Ley Universal debe ser querida sin contradicción con nosotros mismos, es decir, querida también si los demás la pensasen para mí­. En este momento pues ya estamos pensando en los otros. Pero no todo es materialista, aunque ahora he insinuado de esa tendencia autometabólica y autofágica del ser humano. Pero me baso fundamentalmente en otra cosa que ya he venido diciendo y cuyo fundamento está en la fí­sica moderna y en la neurociencia. Lo que llamamos materia, sensaciones, percepciones, conciencia y hasta nosotros mismos, son meros agregados de elementos básicos del Universo y consisten en breves impulsos de energí­a, surgidos y extinguidos en constante devenir. La idea de átomo y no solo eso la idea de Vací­o está presente aquí­. Esas distancias cósmicas entre los astros, todo eso pesa también­. En último término todo es energí­a: la masa puede reducirse a ella, la materia es energí­a estructurada. La pretensión de Universalidad por tanto no es criticable, lo criticable es creer que por serlo ya está consumada y no se puede volver a plantear. Pero la pretensión de universalidad de nuestros actos tiene que ser planteada en cada momento, o al menos dentro de un ciclo de tiempo en que nos damos una determinada conclusión, pero ante todo significa la posiblidad de diálogo abierto. Y también de diálogo intrasubjetivo, con nosotros mismos. Nosotros mismos somos un proceso haciéndonos constantemente.

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