martes, 18 de enero de 2011

el mito de Judith y Holofernes

Se decía que Judith era viuda, hermosa, que nunca nadie se le oponía, ni estaba contra ella. Siempre se vestía de penitencia (esto se asocia con su carácter de mujer adoradora de Dios), y que siempre estaba de ayunas, y que su marido le había dejado muchos bienes, por la cual era rica. Judith con sus reclamos galantes embriaga a Holofernes y le corta la cabeza, por lo que el ejército asirio se queda mermado y salva de esta amenaza a su pueblo de Israel. Este mito es distinto del de Adán y Eva, donde Eva seduce y es la engañadora, pero aquí la seducción sirve para salvar a un pueblo.

Esta materia ha sido trasladada a otros mecanismos de expresión latente, Judith, la mujer virtuosa, y Holofernes son la historia en otros tiempos, pero ahora continúa su mecánica con un alto grado e incluso mayor de precisión y perfección lógica sobre la casuística.

Se evidencia que lo importante para la condena es el lugar donde se encuentra la represión o la censura, en la sujeción con el pueblo y con la religión del pueblo, con el poder, y éste se forma por un mecanismo de represión del goce o del deseo de la mujer, pero el mito de Judith es algo único en este caso, una mujer de una personalidad extraordinaria por su virtud y que por este motivo seduce a todos los demás, pero ella seduce y convoca por su seducción la atención de su pueblo; es una técnica por tanto ilustrativa, utilizada en el pasado.

Si hubiera sido una mujer depravada en su instinto de criminalidad, ella misma hubiera terminado confesando su horror. Pero lo importante es comprender cómo se juega con un mecanismo de la creencia y de la culpa. Y cómo el poder se construye por esta especie de tiranía de represión del goce o el dolor, de esta forma se juega con una imaginería popular y se llega al sentir de la gente, la creencia popular, a la que siempre es más fácil llegar por una imaginería popular; así en la edad media se construyó la historia de los santos, por ejemplo.

Esta materia aparentemente abandonada en la actualidad lo es solamente porque ahora se utiliza otra casuística de una mayor y gran precisión y perfección lógica, pero el mecanismo es el mismo, a través de la lógica matemática y de la contabilidad exacta también se captura el deseo y el mecanismo de poder que juega con el deseo y su censura.

Hay un par de ejemplos en el Antiguo y Nuevo Testamento con paralelismos claros (la decapitación de varones por parte de mujeres), pero con un simbolismo muy diferente, las historias de Judith y Holofernes y la de Salomé y Juan el Bautista. Ambas tienen un fuerte componente sexual, aunque el mensaje que lanzan y su resolución es muy diferente.

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