martes, 18 de enero de 2011

la interioridad específica de los sueños y el mito de Europa

De lo que creemos necesario para el mañana, se trata de eso en la historia por salvar, la historia de Europa emerge tardía después del asedio de Viena por los turcos en 1683, donde tuvo que dedicar considerables energías a defender sus fronteras orientales y meridionales frente a los mongoles y el Islam.

Pero en parte la historia de Europa estaba como abismada por el tiempo, pero no empieza a emerger hasta que no salen todos sus anhelos como de un sueño. “En la suprema ambigüedad de los sueños, el yo errante puede desplazar esto que es como su envoltura, como el prisionero arrastra consigo su caverna”, dirá María Zambrano.

El sueño es como un viaje mágico. Hasta ahora Europa nace con el mito de Europa que es raptada por Zeus que se ha transformado en Toro, y la lleva desde Creta hacia Grecia, en sentido hacia el Oeste, y desde allí hemos ido viendo cómo el mundo ha ido dirigiéndose en los siglos siguientes hacia el Oeste, hacia América, primero y luego hacia Japón. Y en Japón ya se terminaba el mundo. Pero hemos visto que otra vez ha emergido de la China milenaria, antigua, que se ha transformado completamente en otra y está despertando con su dragón.

Aparece como un mito más de la selección natural darwiniana. Pero es algo más soñador y profundo tal como lo ve la filósofa María Zambrano.

Ella dice: “Y el sujeto les deja irse y aún se desprende del ser amado, le deja irse, abismarse, salvando aquello que le parece necesario para un mañana, aquello que también le parece digno de sí mismo, de su altura.”

La psique es donde se hunde la experiencia, es la zona entre el yo y los sueños, donde cabe un vacío, ella dice que la vida está presente en el vuelo y en el desprendimiento de la conciencia. Y esto es lo que estamos salvando a veces, me parece a mí, aquello que nos produce el vuelo y el desprendimiento de la conciencia, por eso estamos tan obsesionados con seguir viajando, culturamente, soñando.

Zambrano habla de un sentir originario de un sufrimiento originario, para ella, y éste está en los sueños, y de ahí emerge y se choca con la conciencia.

También Elsa Punset nos dice que cada vez habrá más enfermos mentales. Y todo esto es lo que estamos rescatando, un nivel de conciencia, al que hemos llegado en el inicio del siglo XXI.

“Especies de larvas sedientas y su intento de entrar en el sistema de la realidad”, dice Zambrano que son los sueños. Recuerdo que estaba yo en Viena, en la ciudad de Freud, cuando recogí estos escritos de la filósofa sobre los sueños y la influencia del psicoanálisis, que es para ella el tema que tiene más trascendencia en Freud. ”La ley de la conciencia es la visibilidad; pero no es la conciencia quien lo llama sino el sueño que entra como visitante, entonces podemos preguntarle qué entra buscando, y lo que quiere es ser visto como una llaga que se hiere y que se exhibe.”

“Y los sueños cuando estos son portadores de una fuerte carga emotiva es cuando penetran en la vida de la vigilia por esa emotividad que es justamente lo más fluido, por idéntico a la vigilia. Y con ella se tiñe el estado de ánimo. Y es que urde historias, pero realmente es un sufrimiento originario lo que esconde, lo que rebasa y rebosa. Por eso todas estas historias están teñidas de resentimiento.”

Ahora nos vemos desbordados y no sabemos qué estamos haciendo, ni qué podemos rescatar de ello. Lo mismo podemos atraer más resentimiento a la conciencia, que sin embargo, atraer la salvación, si lo hacemos bien. Pero sin duda, es una manera nueva de conciencia.

Si se estigmatiza una cosa es porque se quiere separar y marcar como marginada, así nace el término estigma en Grecia, que estaba destinado a señalar o marcar a los esclavos. La herida está ahí, y tenemos que componerla como sea.

Sin duda estamos salvando lo que podemos, en la economía rescatando los bancos, las empresas. “Y con esta interioridad específica de los sueños el acontecimiento cede, conservando su interioridad, su inmanencia, se deja ver, aparece no como actuante sino como un visitante que se somete a las reglas del lugar que visita”.

Tal vez si logramos visualizar esa otra crisis de América latina en los años ochenta, podamos tener otra nueva conciencia. A veces la psique descansa cuando se hunde en la atemporalidad, en esa herida que se refleja en los sueños. Y esto es un aviso ya. Realmente hay muchas cosas que tienen que caer, muchas barreras todavía.

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