jueves, 20 de enero de 2011

la libertad y su significado actual

Durante la Antigüedad y la Edad Media, el hombre libre es o no esclavo o no siervo, es decir, la libertad define un cierto estatus social, no la condición de hombre. Con el “tránsito a la modernidad” se produce una serie de hechos paralelos a los que se producen con respecto a la igualdad: el funcionamiento del mercado exige no sólo igualdad, sino también libertad para contratar, para desplazarse de un sitio a otro, etcétera; el desarrollo de la ciencia sólo es posible en un clima de amplias posibilidades para la libertad de expresión y para la crí­tica de las ideas heredadas; y uno de los puntos centrales de la nueva teologí­a luterana es la libre interpretación de las escrituras.

Una es la libertad como facultad de hacer o no hacer determinadas acciones sin ser obstaculizado por los demás. Se habla entonces de libertad negativa, pues la obligación de los no titulares de la libertad, incluido el Estado, consiste en no hacer, en no intervenir en ciertas esferas de actuación de los individuos (o de los grupos). Yo creo que esta es la libertad de donde parte el concepto de liberalismo clásico que nace con John Locke, pero ademas se le tiene simpatí­a a esa corriente que se ha llamado de liberalismo libertario que funda Ayn Rand, que toma la influencia de Von mises, que además tiene un ala derecha y otra más de izquierda de donde saldrá el anarco socialismo, por ejemplo que coincide en las posiciones pacifistas y ecológicas de esa posición.

Ahora bien, esa noción de libertad responde a una concepción “liberal” que se basa en la idea de que los hombres son libres en cuanto no están sometidos a normas: cuantas menos sean las normas jurí­dicas (menor la intervención del Estado), más numerosas y más amplias serán las esferas en las que el individuo goce de libertad. Pero la libertad se puede entender también de una manera distinta. Se puede pensar que libre no es quien no se ve coaccionado por los demás en su actuación, sino quien no tiene que obedecer otras normas que las que él mismo se ha impuesto. Se trata ahora de una noción polí­tica de libertad que implica -en el contexto del Estado representativo moderno- el poder para participar en la designación y en el eventual control de los gobernantes y en la elaboración de las leyes. Por contraste con la concepción liberal, se suele decir que ésta es una concepción democrática y positiva de la libertad que hace hincapié, no en la idea de abstención, sino en la de participación.

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