viernes, 14 de enero de 2011

la noción de pluralismo cultural

Queremos contribuir a revisar un falso antagonismo: el que enfrenta la aspiración a la universalidad que definiría la democracia global al particularismo/relativismo del narcisismo de las pequeñas identidades, de ámbito local. Esto significa discutir la noción de pluralismo cultural teniendo como eje de reflexión la necesidad de transformar la democracia y la política. Esto significa corregir postulados importantes del modelo de legitimidad de la democracia liberal, como el principio de neutralidad cultural en la esfera pública o la irrelevancia de la cuestión identitaria para la ciudadanía y el reconocimiento de la pluralidad de marcos hermenéuticos de la situación prepolítica.

Esto nos obliga al mismo tiempo a reconocer que el principio-guía de autonomía moral no puede ser presentado como si fuese ajeno al individuo que es indefectiblemente identidad histórica y singular. Y eso a pesar de las innegables dificultades de este concepto que justifica el dictum de Wittgenstein sobre el “infierno de la identidad”.

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