miércoles, 19 de enero de 2011

lógica lingüística y su aspecto institucional

En el sentido de la lógica lingüí­stica, tal como lo hace Wittgenstein, ese sentido de la distinción es el mismo que cabe efectúar cuando se habla de la distinción entre argumentos de poder y argumentos de validez.

Los argumentos de validez son los que responden a las mismas reglas lingüí­sticas, y asegurar las condiciones de la validez de estas reglas significa que estamos dentro de un proceso argumentativo, y que ello también implica un elemento de incondicionalidad. Veracidad de la pretensión, verdad del contenido asertivo, validez de la norma, corrección del proceso, inteligibilidad de los comunicantes.

Tal elemento argumentativo es más importante a veces que el contenido descriptivo de la realidad en cuanto tal, porque lo que importa parece ser es la capacidad de entendernos y todo lo que podemos expresar con el lenguaje.

No obstante está también la distinción entre un consenso fáctico o "convención" y un "consenso racional" o contrafáctico. Es decir, las reglas lingüísticas no sólo nos permiten expresarnos sino que también nos permitirí­an "criticar" las propias reglas del lenguaje, y abordar una crí­tica racional de las instituciones existentes dentro de dicha comunidad y dicho contexto. Y esto es lo verdaderamente relevante de este aspecto lingüí­stico, su aspecto institucional. Otra cosa es la realidad fáctica y las cuestiones sobre el poder.

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