miércoles, 19 de enero de 2011

mundo nómico y mundo numinoso

A través de la socialización primaria del mundo nómico de la vida aprendemos las recetas o el aprendizaje que nos dan una garantía de lo que somos y, en definitiva, la estructura de nuestra instalación primaria ante la vida, la realidad primera se forja aquí, la concebimos a través de las cosas que tienen nombre, que se reflejan y las aprendemos así en nuestra primera socialización y en el lenguaje, y esta forma o visión del mundo nos da seguridad porque es real y luego es muy difícil de cambiar cuando incorporamos una estructura de socialización secundaria en nuestro modo de vida.

Los estereotipos colectivos del acervo cultural están en la sedimentación del lenguaje, se transmiten por educación, en la primaria socialización o por la familia, y son, por tanto, muy difíciles de borrar.

Y a veces hay otra realidad que permanece oculta y privada de su presencia simbólica, son cuerpos que están en la realidad pero no se representan, porque la tradición los ignora, porque constituyen un mundo numinoso para la ley y la conciencia social.

A veces la madre está oculta aquí e ignorada y privada de su voz, porque ella misma no se puede defender ni hablar, y cobrará mayor conciencia psicológica quizá con el cambio y la evolución de los tiempos.

La mujer tiene un cuerpo que es un "positum" (está puesto) pero no tiene un valor. Claro que la maternidad es y ha sido siempre un valor para la mujer y para la cultura, pero no hemos de verla como un peligro para la civilización y para el hombre, o como algo numinoso y oscuro, como antes fue vista, y la mayor tolerancia social tiene que saber incluir este especial valor con iguales derechos dentro del ámbito cultural de la mujer y en su esfera pública y privada.

La familia es una estructura primordial de socialización primaria y de aprendizaje del mundo como "mundo nómico", es decir, no discutimos las recetas primarias que aprendemos en ella, las aceptamos como tal, damos la realidad como presupuesto dado de hecho, como comprensiones compartidas (taken for garanted), como garantía que tenemos dada. Es una realidad masiva, de hecho.

Esta realidad constituye una estructura de racionalización primaria, que se forma por modelización de la realidad. Al tener este carácter primario determinan el comportamiento y el bagaje cultural sedimentado en los individuos y no por ello podemos desecharlas a un segundo plano fácilmente. Conforma la educación primaria de un individuo y es una realidad aprehendida con masividad y con un lenguaje y esto conforma su acervo cultural como su realidad y es muy difícil de cambiar en la socialización secundaria o cultural.

La realidad la concebimos a través de aquí, lo que no tiene nombre es como si no existiera, y vamos dando un nombre a lo que se corresponde con lo que aprendimos en nuestra escuela primaria, como si fuese consustancial o el único mundo perceptible.

Le despojamos, por ello, de atributos críticos, a la conciencia real le otorgamos una forma inconsciente donde rechazamos todo aquello es que se nos oculta y que no es luminoso, este inconsciente queda introyectado en nosotros a través de nuestros miedos y nuestros actos reflejos, y sólo tiene atributos la realidad luminosa y nómica, porque nos garantiza la seguridad del grupo social, porque nos dan un vínculo con el grupo familiar y un valor real y nómico de las cosas, en el papel necesario que formamos dentro de la experiencia de la vida. Por tanto el mundo numinoso de los miedos lo expurgamos de ella, está introyectado en el subconsciente colectivo, arrojado fuera de la realidad, no tiene nombre, no existe.


De ahí la importancia que tiene para la cultura y para la institución social la funcionalidad socializadora de la familia como forma primaria de racionalización y de internalización de la conciencia para saber lo que es la estructura nómica de la vida y las normas sociales al respecto que la representan.

Pero hay que saber que la primaria racionalización de la vida no es suficiente, que hay otro mundo más allá, que hay otros lenguajes y otras visiones que se pueden y deben incorporar y hay que rectificar y revisar conceptos y concepciones, para poder otorgar un nuevo valor a las cosas, un valor más correcto, más conformado con ella de esta manera.

Se pueden poner muchos ejemplos a través de las leyes de cómo se han ido venciendo estos miedos a través de la cultura y la evolución y la tolerancia de los tiempos. Baste mencionar, por ejemplo, cómo hasta hace muy poco lo hijos se distinguían entre legítimos e ilegítimos, o como el infanticio o parricidio cometido por la madre podía tener un móvil "honoris causa" si se hacía para ocultar la deshonra de su famila, todos estos conceptos hoy día han quedado obsoletos ante las nuevas leyes liberalizadoras que se han promulgado acerca de la familia y ante la superación de una visión errática y dogmática de la ley y de los miedos introyectados en una sociedad. Por tanto, avancemos sobre un nuevo mundo nómico, un mundo que quite valor al numinoso y al oscuro y otorgue un nuevo brillo y valor a la realidad.

El lenguaje es la única herramienta que tenemos muchas veces pues para dar existencia y otorgar realidad a aquellas cosas que ahora permanecen ocultas o calladas y, sin embargo, tienen un sitio real y no las vemos, y un valor, por ello es necesario que demos un sentido de valor a las cosas y las nombremos conscientemente en lo que son y como son dentro de todas las demás cosas.

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