miércoles, 19 de enero de 2011

corrientes teleológicas y deontológicas

La polémica más popular en el ámbito de la ética normativa es la que tiene lugar entre las corrientes teleológicas y deontológicas, al parecer arrinconadas las vetustas disputas entre éticas formales o materiales, éticas de bienes y de valores, nomenclatura que ha caí­do en desuso.

La aparición de un tercer grupo en litigio lo son las éticas llamadas a veces "comunitarias", o de las "virtudes" o del cuidado, no totalmente idénticas pero tampoco claramente distintas.

En un sentido amplio toda ética que se encuentre debidamente inmunizada y saneada de elementos espúreos y ajenos a la filosofí­a está llamada a ser una ética "teleológica" o, por lo menos, una ética consecuencialista (una variedad contemporánea del teleologismo ético clásico) que toma al ser humano, su bienestar y su desarrollo como fin o meta, y que, por supuesto, presta consideración a las consecuencias globales que se derivan de las acciones.

Algunos autores de nuestro entorno, como José Ferrater Mora, Quintanilla o Mosterí­n, se han declarado partidarios de las éticas teleológicas. Son estas éticas que exponemos­, las de Mill, Bentham, pero también Sócrates, Platón y Aristóteles.

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