martes, 18 de enero de 2011

el conocimiento del mal

Para Freud no hay duda que el tabú se ubica en el reino de lo sagrado. Los tabúes por tanto son cultura y también viceversa, pues "una cultura sin tabúes vendría a ser algo así como un círculo cuadrado". Y a nuestra participación en ellos le debemos la misma distinción moral entre el mal y el bien, por este orden.

Pues de acuerdo con las premisas que anteceden sólo conoceríamos lo que es bueno conociendo primero lo que es malo, así como únicamente conocemos lo que es malo al realizar el mal nosotros mismos.

Por eso cuando Dostoievsky dice: “Si dios ha muerto todo está permitido”, lo dice con este sentido que tiene la culpa como un tabú, no como la ruptura de algo que liga al pueblo únicamente con lo religioso. De forma que sus palabras hoy tendrían sentido con la transgresión de otros vínculos más actuales.

Uno diría que si se hubiese desatado de sus culpas de hoy, de algún otro modo arrastraría quizá otras culpas porque está en la condición del ser humano que le vincula con su naturaleza. Nietzsche reduce al hombre a un orden estrictamente natural pero también en ello estriba un peligro, en un reduccionismo naturalista, por el que caemos en contradicciones performativas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario