sábado, 15 de enero de 2011

la filosofía en el Al-Andalus, orígenes y renacimientos

Maimónides, judío, escribió la “Guía de los Extraviados” o “de los Descarriados”, era una guía para guíar no sólo a los descarriados, sino incluso para los que bien encaminados, se encuentran desconcertados, inciertos, confusos y buscan la conciliación posible, pero si Maimónides es famoso es porque tradujo casi toda la obra de Aristóteles.

Se tradujeron al árabe del latín y del griego y fueron los árabes, como Averroes, quienes salvaron a Aristóteles y sus obras de las invasiones de los bárbaros tras la decadencia del imperio romano, ellos fueron los que hicieron la labor incalculable de recogerlas y de traducirlas, así como de abrir una ruta por el mediterráneo por donde se salvaron estas obras llegando hasta lo que hoy se conoce como Andalucía y Córdoba, que era entonces la capital del Califato.

Es ahí donde empieza el renacimiento antes que en la Sorbona de París del siglo XII, y donde se conocen y se traducen los primeros textos de Aristóteles, la “Etica a Nicómaco”, la “Moral a Eudemo”, Santo Tomás de Aquino no existiría sin esta labor. La labor de recopiado amanuense que comenzó en los monasterios del siglo XII comienza a partir de aquí con la labor del comentario, entonces se produce una nueva figura que se conoce como la del teólogo-jurista. Sobre ello véase la obra de Miguel Cruz Hernández, sus "Ensayos sobre la filosofía en el Al-Andalus"

Pensar en lo que se convirtió el derecho romano tras su caída, lo que fue su reducción con los bárbaros a lo que se conoció como los “juicios de dios” o las “ordalías”, que consistían en un rito primitivo e incivilizado, ello sirve para darse cuenta que los árabes volvieron a recoger la tradición civilizada, porque ellos mismos tenían una tradición jurídica más culta. El gran “quid pro quo” de nuestra civilización consiste en que se ha querido cambiar los nombres a todas las cosas para que todo parezca nuevo pero nada o casi nada lo es y nuestro derecho se parece mucho al derecho romano, por no decir que es una gran copia.

Teniendo una mínima ética universal y un derecho sobre los derechos humanos, todos nos podríamos entender, podría existir un derecho de la humanidad, una declaracion universal como ya existe, sí, pero mejor aceptada de lo que lo es ahora por todos los países y mejor aplicada. Europa parece que está perdida, hay cincuenta millones de árabes en Europa pero no tienen esa integración que hay en Oriente, pues no es igual, Oriente sigue con la búsqueda de la serenidad y de sí misma, todavía no está perdida.

Razón y fe:

Releer a Maimónides y su Guía de Perplejos y encontrar que es tan actual hoy día. Descubrir que fe y razón no son absolutamente incompatibles, porque la razón tiene que ver con el futuro y la fe es la que nos da esperanza, a su vez, para confiar en la razón. Y por otra parte ese camino de los descarriados que traza Maimónides, incluso para los bien encaminados, y que se encuentran desconcertados, inciertos, perdidos, lo que busca en él es la conciliación posible y por ambas partes la complementariedad entre razón y fe.

Y cuando Séneca, Epícteto, hablan de algo que nos previene de los futuros males, de un desconsuelo vital, no hacen sino lo mismo. Otorgar un papel a la razón, pero que es una razón que nace del escepticismo, una razón que ya nace negada. Pero, por ello, esa misma razón no deja de serlo porque busque ciegamente, precisamente por eso es una razón en tentativa de razón y tiene así más razón de ser. No se deja todo al deseo ciego, ni a la afanosidad extenuada, sino que la ceguera es un camino que nos pone en el otro camino de la luz.

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