martes, 18 de enero de 2011

la preestructura del cotidiano ser en el mundo

"La reflexión llevada a cabo en el propio discurso filosófico, sobre las necesarias presuposiciones existenciales y de reglas (es decir, que no pueden negarse bajo pena de contradicción performativa) del discurso filosófico es capaz de sacar a la luz normas en un sentido amplio ya siempre reconocidas que son completamente distintas de aquellas otras normas que como a priori contingente de la facticidad y junto con la “precomprensión del mundo” y el “acuerdo” social son también siempre ya reconocidas por todo ser humano finito.

No pertenecen a la “preestructura” del “cotidiano ser en el mundo” (del “mundo de la vida”) en el sentido de Heidegger y Gadamer (y de las “formas de vida” del último Wittgenstein), sino a la “preestructura” de esa reflexión sobre la “preestructura” de “cotidiano ser en el mundo” que se puso en práctica en la filosofía ya desde su nacimiento en el “tiempo axial” (Karl Jaspers) de las civilizaciones antiguas.

Ni Heidegger ni Wittgenstein han intentado jamás analizar la “preestructura” de su análisis del comportamiento cotidiano y de los correspondientes juegos del lenguaje. Si lo hubieran hecho, Heidegger no habría podido reducir el Logos de la filosofía occidental, junto con el “estado de yecto” de toda comprensión del mundo, a un “acontecimiento apropiador” (Ereignis) de la historia del ser. Y Wittgenstein habría tenido que dar alguna respuesta a la pregunta de cómo -es decir, en virtud de qué juego de lenguaje “sano”- le es posible a él mismo “curarnos” de los juegos de lenguaje filosóficos que “discurren en vacío”."

Karl-Otto Apel, Semiótica trascendental y filosofía primera, ed. Síntesis, Madrid, 2002, Págs. 160-161

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