martes, 18 de enero de 2011

libertad positiva y negativa

Ahora bien, esa noción de libertad responde a una concepción "liberal" que se basa en la idea de que los hombres son libres en cuanto no están sometidos a normas: cuantas menos sean las normas jurí­dicas (menor la intervención del Estado), más numerosas y más amplias serán las esferas en las que el individuo goce de libertad.

Pero la libertad se puede entender también de una manera distinta. Se puede pensar que libre no es quien no se ve coaccionado por los demás en su actuación, sino quien no tiene que obedecer otras normas que las que él mismo se ha impuesto.

Se trata ahora de una noción polí­tica de libertad que implica -en el contexto del Estado representativo moderno- el poder para participar en la designación y en el eventual control de los gobernantes y en la elaboración de las leyes.

Por contraste con la concepción liberal, se suele decir que ésta es una concepción democrática y positiva de la libertad que hace hincapié, no en la idea de abstención, sino en la de participación.

Se debe tener en cuenta esta otra noción de la libertad, como libertad positiva porque entonces vemos que las cosas cambian mucho de la simple libertad abstencionista.

Desde este otro marco se pueden formular las leyes que regulen el máximo resultado de igualdad de oportunidades para todos y de condiciones participativas, de méritos y capacidad, lo que antes hemos llamado "igualdad de tratamiento" dentro de la igualdad de caracterí­sticas, o la también llamada justicia distribuitiva.

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