viernes, 14 de enero de 2011

los ácidos del individualismo

Cuando la sociedad se vio corroída por lo que se ha llamado los “ácidos del individualismo”, semejante individualismo cobraría aspectos muy diversos y tanto positivos como negativos, desde el libre examen de los textos sagrados al egoísmo interesado del homo economicus de la “Fabula de las abejas” de Mandeville. Pero lo decisivo era la remisión a la conciencia individual de cualquier determinación del bien moral, Kant cuya ética había recogido la pretensión de universalidad se hace cargo mejor que nadie de esta nueva exigencia. Ya no se trata de un código moral o de la institución eclesiástica encargada de preservarlo como ocurría en la sociedad medieval.

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